Llantos lanzados en la noche de lo que pudo ser y sólo se soñó.
Presencia mágica estelar testigo de un aullido desgarrador.
Libre al fin queda el alma errante de esa prisión
para divagar por el monte sin buscar otra pasión.
Libre para disfrutar del camino sin otra pretensión
que gozar de cada detalle que encuentra en su visión.
(21/01/09)
lunes, 1 de marzo de 2010
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