lunes, 1 de marzo de 2010

Pajarillo.

Pajarillo que revoloteas de vuelta a tu nido
Rotos los sueños de pipas sin sal
viendo ese efímero vuelo que alzaste otra vez más.
No te imaginas el destrozo causado por ese huracán
los estragos causados en las ramas de este baobab.

Crujidos que estallan por el peso que no pueden más,
fulminado quedó este árbol que cobijo siempre te da,
su savia reseca se queda y no se sabe si se repondrá,
cuando decidiste preferir remontar el vuelo hacia el tornado
en lugar de rondar cerca de él seguro y crecer a su lado.

Pajarillo no temas que siempre quedará
el esqueleto del tronco de aquel hermoso baobab
que aún seco y muerto por dentro, de pie se mantendrá
resistiendo al tiempo para ofrecerte un hogar
sabiendo que vientos y leñadores acechan a este lar.
Derribar el árbol, destruir su integridad
y en una jaula dorada encerrarte es lo que pretenderán
para disfrutar de tus trinos pero también privarte de tu libertad.

El bosque hoy se encuentra lejos... pero ese tren pronto llegará
lleno de cantos de sirena, de ornitólogos que imitarán
sonatas y serenatas hermosas para atraparte con su plan.

Y el árbol mudo se queda, no puede hacer nada más
que ser fiel a su inquilino, callado y sin protestar
para no infundirle miedo ya que esto no comprenderá
hasta que pasen los años
y en una majestuosa ave se pueda transformar.

(08/01/09)

No hay comentarios:

Publicar un comentario